jueves, 18 de diciembre de 2014

Importancia de las unidades estratégicas en las empresas


Importancia de las unidades estratégicas en las empresas

Tiene gran importancia saber cuál es la composición del negocio, en este sentido, está, formando unidades organizativas dentro de la empresa, sobre las que actúa una persona responsable con la intención de canalizar las ventas óptimas y obtener beneficios.(Abascal, 2004).

Estas unidades llamadas estratégicas configuran un negocio que en algunos casos es único, cuando la acción del marketing se realiza, se realiza en una sola fracción de la compañía.

La situación de la empresa en que se conciben y realizan las estrategias de marketing, es lo que se llama UNIDAD ESTRATEGICA DE NEGOCIO.

Por lo tanto una Unidad Estratégica de Negocios (UEN) es una unidad operativa, que agrupa productos o servicios diferenciados, vendi­dos a un conjunto definido de clientes y que al mismo tiempo enfrenta un grupo determinado de competidores. 

Un paso importante para  la empresa es identificar los negocios clave que conforman a la empresa. Estos podrían denominarse Unidades Estratégicas de Negocio (UEN). Una UEN es una unidad de la empresa que tiene misión y objetivos aparte y que se puede planear con independencia de los demás negocios de la empresa. Una UEN  puede ser una división de la empresa, una línea de  productos dentro de una división o incluso un producto o marca individual. (Kotler, 2003)

La esencia de la estrategia está relacionada con el posicio­namiento del negocio para responder de manera efectiva a la necesidad de un cliente, superando las ofertas de los competi­dores. 

El concepto de UEN nació a fines de la década del 60, cuando la General Electric decidió separar sus negocios en un conjunto de unidades autónomas, de acuerdo con la recomendación efectuada por la consultora McKinsey & Co.1 General Electric se había transformado de empresa pro­ductora de motores eléctricos y negocios de alumbrado, en un conglomerado de negocios ampliamente diversificados. La com­plejidad se incrementó junto con el tamaño, la diversidad, el alcance internacional y la variedad de tecnologías que este formidable desafío empezó a imponer a los gerentes de General Electric. (Del Prado, 1998).

La respuesta consistió en dividir los negocios de la empresa en unidades autónomas que podían ser dirigidas desde un poder central como entidades de negocios aisladas y capaces de generar su propia rentabilidad. (Del Prado, 1998).

Cada UEN posee su propio segmento de mer­cado y el responsable de la misma (en muchas organizaciones denominado Jefe de División), cuenta con todos los recursos necesarios para definir y llevar a cabo una estrategia con plena autonomía, por supuesto dentro del marco de la estrategia cor­porativa.

Una UEN es definida en función de los siguientes elementos:
·        Tiene que haber un solo conjunto de competidores
·        Todos los productos pertenecientes a una UEN deberían verse afectados en forma similar por los cambios de pre­cios
·        Debe existir un solo grupo de clientes perfectamente de­finido
·        El cambio en la calidad y el estilo debe afectar los produc­tos en forma similar
·        Todos los productos/servicios de una UEN podrían sustituirse en el corto plazo. Del mismo modo, no debería haber un sustituto claro en otra unidad de negocios, ya que esto implicaría la necesidad de unificar ambos pro­ductos en la misma unidad
·        Existirá la posibilidad concreta de generar una contribu­ción económica al negocio corporativo. 

Esto significa que cada UEN tiene que poder mantener su propia gerencia, así como generar sus propios resultados. (Del Prado, 1998).

Por supuesto que, como toda configuración estructural, el concepto de UEN no es aplicable a todos los casos, sino que repre­senta una herramienta muy útil para aquellas empresas que poseen un gran tamaño, al mismo tiempo que una amplia diver­sificación. 

La segmentación de negocios que implica la constitución de una UEN debe tener en cuenta la sinergia que resulta de las interrelaciones potenciales entre las distintas unidades de nego­cios de la misma corporación.

En función de ello, conviene tener en cuenta las siguientes consideraciones: 
·        La UEN debe organizarse a sí misma, es decir, diseñar su propia estructura. 
·        La UEN tiene como fin atender un mercado externo, no un mercado interno, lo que implica que la UEN debe tener un conjunto de clientes externos y no limitarse a un rol de proveedor interno.
·        El responsable de la UEN debe tener la suficiente au­tonomía como para tomar las decisiones estratégicas fundamentales, es decir, debe poder elegir dónde obte­ner los recursos necesarios y cómo competir efectiva­mente.
·        Cada UEN contará con un conjunto definido de competi­dores.
·        La UEN debe convertirse en un centro de ganancias ge­nuino, totalmente responsable de su propia rentabilidad. (Del Prado, 1998).

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